Un mismo idioma, dos historias diferentes
Todo comenzó en el siglo XVII, cuando los colonos británicos se establecieron en América del Norte. Llevaban consigo el inglés que se hablaba en ese momento en Gran Bretaña, pero al llegar al Nuevo Mundo, comenzaron a suceder cambios. La historia de ambos territorios, junto con la influencia de otras culturas, hizo que el inglés en América evolucionara por un camino distinto al de Inglaterra. Aunque ambos países hablan inglés, es como si el idioma hubiese emprendido dos viajes diferentes.
La influencia de otros idiomas
Cuando los colonos británicos llegaron a América, no lo hicieron a un territorio deshabitado. Se encontraron con pueblos indígenas que ya tenían sus propias lenguas, y además con otros colonos europeos, como los franceses y los neerlandeses, que también influyeron en el idioma. Palabras como cookie (galleta) y moose (alce) provienen de estas influencias.
Mientras tanto, en Gran Bretaña, el inglés también estaba cambiando, pero de manera diferente. Allí, el idioma se enriquecía con palabras de origen francés, celta y otras lenguas europeas. Así que, aunque ambos países partieron del mismo idioma, las influencias culturales y geográficas los llevaron a desarrollar vocabularios únicos.
1. El acento: La primera gran diferencia que notamos
El acento es, sin duda, lo primero que distingue a un británico de un estadounidense. Pero aquí viene una sorpresa: el acento británico que hoy consideramos clásico no era el que tenían los colonos cuando llegaron a América. De hecho, los primeros colonos británicos hablaban de una manera que, curiosamente, se parecía más al inglés que se habla en algunas partes rurales de los Estados Unidos hoy en día.
Con el tiempo, el acento británico cambió, especialmente en las clases altas de Londres, que adoptaron lo que ahora conocemos como RP (Received Pronunciation), el famoso “acento británico posh”. Este acento se convirtió en el estándar de la alta sociedad británica y se difundió a través de la educación y los medios. Mientras tanto, en Estados Unidos, el acento evolucionó de una manera más directa y menos formal.
Así que, aunque parezca que los estadounidenses cambiaron su forma de hablar, en realidad fueron los británicos quienes modificaron más su acento con el tiempo.
2. Vocabulario: Palabras diferentes para las mismas cosas
Uno de los aspectos más divertidos del inglés británico y americano es la cantidad de palabras que, aunque se refieren a lo mismo, son completamente diferentes. Aquí tienes algunos ejemplos:
- Americano: Apartment / Británico: Flat (departamento)
- Americano: Elevator / Británico: Lift (ascensor)
- Americano: Trash can / Británico: Bin (basurero)
- Americano: French fries / Británico: Chips (papas fritas, pero cuidado, porque para los estadounidenses, chips son papas fritas de bolsa)
¿Por qué estas diferencias? Una parte tiene que ver con la creación de nuevas palabras por parte de los estadounidenses, influenciadas por las culturas y circunstancias que encontraban en América. Además, los británicos mantuvieron algunos términos más tradicionales, mientras que en Estados Unidos, se adoptaban palabras nuevas o más prácticas para el contexto local.
3. Ortografía: Color vs. Colour
Otro de los grandes puntos de diferencia entre el inglés británico y el americano es la ortografía. Y aquí entra en escena un personaje clave: Noah Webster. Webster, un lexicógrafo estadounidense, decidió en el siglo XIX que el inglés en América debía simplificarse y diferenciarse de su contraparte británica.
Por ejemplo, eliminó la «u» en palabras como colour (que pasó a ser color) y favour (favor en americano). También cambió la terminación -re a -er en palabras como theatre (theater en americano) y ajustó otras para hacer el idioma más «lógico». Aunque algunos de estos cambios puedan parecer pequeños, son suficientes para que te des cuenta rápidamente si estás leyendo un texto en inglés británico o americano.
4. Gramática: Pequeñas diferencias que marcan la diferencia
Aunque la gramática en inglés británico y americano es muy similar, hay algunos detalles que difieren. Por ejemplo, los británicos suelen usar el presente perfecto en situaciones en las que los estadounidenses prefieren el pasado simple. En Reino Unido dirían: «I have just eaten», mientras que en Estados Unidos es más común oír «I just ate».
Otra diferencia interesante es el uso de preposiciones. En Gran Bretaña dirían «at the weekend», mientras que en Estados Unidos es más común «on the weekend». Aunque no son grandes cambios, notar estos detalles te hará sonar más como un nativo en cada variedad de inglés.
Conclusión
En resumen, las diferencias entre el inglés británico y el americano son el resultado de siglos de evolución cultural, histórica y lingüística. Ambos tienen sus propias peculiaridades y encanto, y no hay un inglés “mejor” que el otro. Así que, ¡anímate a aprender ambos! Ya sea que prefieras el acento británico o las expresiones americanas, en English 4 Future estamos aquí para ayudarte a dominar las dos versiones de este fascinante idioma. ¡Nos vemos en la próxima lección!
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